La electrostática es el resultado del contacto entre dos materiales, uno con carga positiva y otro con carga negativa. Casi todo el mundo está familiarizado con las pequeñas sacudidas que se producen al tocar algo metálico, como el pomo de una puerta. La probabilidad de que esto ocurra aumenta en condiciones de poca humedad y cuando el individuo lleva puestos materiales conductores o camina y se expone de alguna manera a este tipo de materiales.
Los riesgos son mayores en entornos con componentes electrónicos sensibles o riesgos de explosión, donde la concentración y las descargas electrostáticas pueden causar daños considerables tanto al personal como a los equipos y componentes electrónicos sensibles. Hay dos ámbitos clave donde los responsables de operaciones y de seguridad tratan de mitigar los efectos adversos de la electricidad estática en el entorno de trabajo:
- Descarga electrostática (ESD) en y en torno a componentes y equipos electrónicos sensibles
- Prevención de explosiones por descarga estática en entornos o aplicaciones volátiles, denominados generalmente ATEX
